Esta pieza una carta de venta de unos carmenes, hazxas y tierras calma con olivos, que tendrá 47 marxales y un estadal, que empiezan a correr desde junto los linderos que en la pieza 13 empiezan a correr desde la Caldera el rio Veyro abajo hacia la fuente del rey, y por la parte alta con un carmen de la compañía, y más abajo con el estanque de los cipreses. Vendió a la Cartuxa estos 47 marxales y un estadal Catalina Sayavedra, viuda de Pedro de Aguilar del Campo, vecina de Granada, en precio de 94 ducados, con cargo de 4 reales de censo perpetuo, ante Alonso de Santiago, escribano público, en 8 de septiembre de 1578. En este legaxo o pieza están 15 escrituras de ventas de cármenes y pedazos de tierras, de las quales las 14 sirven para validazión de la primera, cuyas tierras solían ser cármenes. Se previene que la vendedora compró las 8 fanegadas de tierra comprehendidas en esta venta de Melchor Megias (consta de la 2ª escritura) y las demás tierras las huvo y heredó del dicho Pedro de Aguilar, su marido, que los havia comprado durante el matrimonio (consta de la 3ª escritura), y todas las demás se reducen en este Número de marxales. Item, ay un pedazo de tierra en las 8 fanegadas que la dicha vendedora compró del dicho Megías, que sería de 3 marxales, poco más que alinda con una haza de almendral que este convento compró del rey, y por bajo del camen de los teatinos, hacia la parte del Veyro, sobre el qual están mi puestos quatro reales de censo perpetuo, que se pagan a don Fernando de Zafra, vecino de Granada; y son a cargo del convento (consta de la escritura de venta). Combiene redimirlo, y quando se haga, sacar la escritura y ponerla con éstas; y en el caso de no redimirlose, sacar licencia del dicho Zafra para que esta venta se afirme y reconocerle el censo para no incurrir en comiso. Todas estas tierras se incluyen y lindan con las que este convento compró de los herederos le lizenciado Bartulo, que son donde está el estanque grande; y por otra pasrte lindan con los 200 marxales de tierras que se compraron del rey, el arroyo de Veyro arriva, y por la parte alta era el lindero hacia la acequia de Alfacar, con los Teatinos, y por la parte baja con dicho arroyo de Veyro. Esta subcripción tan estensa, para evitar la confusión que podía causar tanto número de escritura, y se entendiese qué tierras son las que contienen, que es el fin.